Comencé pintando con la intención de interferir lo menos posible y lograr la máxima expresividad, lograr una imagen velada que fuese casi una expresión de la pared en la que se apoya la obra, casi imperceptible y a la vez poderosa.
Al inicio pinte en distintos tonos de blanco, blanco y sombras sobre blancos. luego vino el color y cada color dio un carácter distinto, las obras son básicamente monocromáticas y la mayoría muestran diferentes tonalidades de un solo color, diferenciando los planos que forman los volúmenes, aristas amenazantes, a punto de colapsar entre sí.
La trama siempre me atrajo por la repetición de elementos, que no tienen porque ser iguales, el tejido visual que conforma y la capacidad de ocupación del espacio sin límites.
Obra
