Obra: «Tierra adentro»
De la serie Canción de otoño y primavera.
Lápices de carbón sobre tela. 145 x 110 cm
Desde un umbral. Trabajar. Pintar. Amar. Música. Luchar. Descansar. Soñar. En un lugar recóndito del universo me dejo llevar hacia un paisaje y un retrato de lo humano, serio y tragicómico; lúdico y mágico. La acción poética es dar una apariencia a algo ausente; mundos posibles en los cuales se manifiestan las huellas del universo de lo humano -la vida y la muerte, lo político, lo sociocultural, lo intuitivo, el saber, la imaginación, el olvido, lo corpóreo, lo sagrado y lo profano, el Tiempo, lo desconocido, la memoria, el deseo, entre otros- y un sentido de extrañeza percibido en la Naturaleza y su pluralidad de fenómenos. Ésta es más que una entidad biológica, se manifiesta como un enorme volumen de metáforas que transporta, y en las cuales subyace, un entramado de capas de sentidos íntimamente relacionado a la cultura, al territorio, a la historia personal y colectiva. Su devenir cobra vida en estos ojos que ven mal; crece en unas manos que saben, y que no saben; irrumpe en el adentro y toca fondo; germina y se descubre hacia afuera, pues allí persiste: hay que vivir.